jueves, 29 de septiembre de 2005

Ebrovisión (segundo día por la mañana)

Puesto que el día anterior nos acostamos sobre las 5 no era plan de madrugar, así que no nos levantamos hasta que el puto gordo vino a despertarnos. Este puto gordo era un tío que estaba explicándole a alguien por el teléfono cómo llegar al hostal a voces, sin darse cuenta de que a las 12 de la mañana la gente está durmiendo. Si esto ya tuvo sus consecuencias en mi sueño todavía lo tuvo más unas voces femeninas. Dedujimos que eran tres chicas jóvenes y que estaban en la habitación de al lado (esto es posible de que no fuese cierto) y venían a la boda que iba a celebrarse ese mismo día. De sus conversaciones también obtuvimos otras informaciones:

- Jo tías qué chulo
- Hay tres camas
- Y mirad qué cuarto de baño
- Si hay hasta tele

Aún así el Brigato las hubiera hecho una visita por la noche para conocerlas:

- Brigato: y si se te abre una tía de patas aquí, ¿tú no te la follarías?
- Yo: no, pero si quieres te voy a comprar los condones a una farmacia.
- Brigato: tú estás enamorado...

Nos levantamos como pudimos, yo estaba un poco resacoso, nos duchamos y salimos a comer. Después de andar un rato acabamos en un bar no muy lleno y en el cual nos tomamos unas cervezas y unos pinchos que estaban de muerte, acompañado de una música bastante aceptable (Oasis: The Masterplan).

Sergio: llevo un rato fijándome en una cosa, os habéis dado cuenta de que en este bar todos son feos.

Y así era, todos los hombres del bar eran considerablemente feos, y la mayoría de las mujeres que fueron entrando en el local también lo eran.

Sergio: y no solo eso sino que la mayoría del pueblo son feos.

Cuando salimos a la calle comprobamos de que era cierto, Miranda de Ebro seguramente es el pueblo con más feos, y si no lo eres lo más probable es que seas discriminado y tengas que emigrar. En esos momentos surgieron rumores acerca de si el Torete sería de allí, todos estuvimos de acuerdo de que sí, incluso en el hostal había una cabeza que se parecía mucho a él.

Entre que entraban feos y salían feos colorados, vimos pasar dentro a un ser que no pasaba desapercibido, iba con una chica, no sabemos la relación que tenía con ella, porque era gay o bien un gilipollas profundo. Con su flequillo bien peinadito y sus gafas de pasta, con un aire moderno, muy fashion, muy cool, muy indie-piojoso. Desde entonces comenzamos a llamarle el gafa-pasta.

Pedimos una carta para ver qué podían ofrecernos para comer y decidimos hacerlo: unas raciones y unas pizzas, tan contentos y con ganas de siesta.

3 comentarios:

Mancuso dijo...

no todos tenemos la suerte de dar el tipo para galán de cine como tú

Anónimo dijo...

nose como seras tu pero desde luego que no vale demasiado la belleza cuando se tiene tan poca educación y tan poco respeto a los demás. En Miranda podremos ser feos o guapos pero ante todo seres con educacicón. Venias a ver un serie de conciertos no? pues eso dedicate a disfrutarlos y deja a la genet en paz! y desde luego que como mirandesa me siento muy orgullosa de mi ciudad y de sus gentes y me alegro de contar contigo entre ellas por muy guapo que te creas.

Chasky dijo...

Pues seguramente tengas razón en todo lo que dices, si te has sentido ofendida, lo siento.

Está claro que no todos los mirandeses y mirandesas sois feos, solo coincidió que en un bar nos encontramos con que todos lo eran y por exageración lo extrapolé a toda la población.

Mil disculpas.