martes, 30 de noviembre de 2010

Mazo crema


Hoy el nuevo compañero ha llegado 1 hora tarde. Dice que se ha quedado dormido (y ya van dos en 12 días) porque ayer se acostó tarde viendo el partido de fútbol y haciendo el tercer tiempo. Ya le han dado un toque para que empiece a cambiar sus hábitos en lo que a la puntualidad respecta.

Pero a parte de esto, que a mi ni me va ni me viene demasiado, hay una cosa suya que me tiene rallado, y es que no para de decir continuamente que las cosas son crema o si son fabulosas que son mazo crema. Por ejemplo, le enseñas una cosa nueva y dice: ¡Qué crema! y si le gusta mucho dice: ¡¡¡Mazo crema!!! ¿Pero alguien ha oído esta expresión antes? ¿Me estoy haciendo viejuno? ¿No estoy en la onda? ¿En poco tiempo los jovunos me hablarán y no entenderé la mitad de las cosas?

sábado, 27 de noviembre de 2010

Un malo malísimo en la oficina


Tenemos nuevo compañero en el curro, es un personaje que viene de los barrios bajos del Bronx.

En dos semanas a mi compañera y a mí ya nos ha contado que no tiene un duro, lo mucho que bebe, las peleas que ha tenido, el palazo que le dieron en la cabeza, los juicios que tienen él y su novia pendientes por peleas y robos, la música maquinera que escucha, aunque también le gusta el flamenco y el rap (canta en un grupo), en qué se va a gastar el primer sueldo, nos ha enseñado una foto suya con pelo gitano, y un montón de cosas que prefiero no escribir aquí de momento, no vaya a ser que encuentre el blog por casualidad y me espere a la salida.

En cuanto a lo estrictamente laboral, de momento bien, aunque ni un solo día ha llegado a su hora, incluso dos días ha llegado media hora tarde y otro tres cuartos de hora. Si a esto le sumamos que ayer vino con el brazo escayolado, dice que por una caída desde una escalera en su casa, no sé yo si va a comerse el turrón.

El jefe ya está mosca.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Los niños de los vecinos son unos cochinos


Ayer estuve con el montaje de un armario, desarmarlo fue sencillo, armarlo no tanto. Creo que muy a principios del año que viene me mudaré con mi chica al piso, mientras tanto estoy conociendo a los vecinos, en este caso a los niños.

Tanto la cocina como uno de los dormitorios dan a la urbanización, tiene una piscina con su zona verde y una zona de juegos para los niños, con algunos columpios en donde además les he visto jugar al fútbol, al tenis, a la comba, a empaparse de agua con pistolas, al pañuelo y seguro que a más cosas que ahora no recuerdo. Hasta ahora pensaba que eran majos, vivía engañado, he visto lo que esconden debajo de la máscara: están como putas cabras.

Primero les he visto jugar a pegarse el sida, yo también me he quedado como vosotros al oirlo, no podía dar crédito, me he metido el dedo en el oído y pese a pescar algo de cera, segundos después volví a escuchar: ven para acá que te voy a pegar el sida. Al parecer jugaban a algo parecido a pillarse, yo recuerdo que en mis tiempos de guacho decía la llevas, pero en realidad nadie sabía qué llevabas, estos niños sí lo saben y lo cierto es que me parece penoso.

Si ya os habéis quedado con las patas parriba escuchad a lo que se pusieron a jugar después porque no tiene desperdicio. De repente escucho:

- Venga, vamos a ver quién tiene la polla más grade.
- ¡¡¡La mía vale por dos!!! – decía otro.

Y mientras decían burradas y más burradas un grupillo de tres niñas se reían de las gilipolleces que los chiquillos de unos 10-12 años decían. En fin, que creo que estos niños van a ser una clarísima fuente de inspiración para los posts que ya escriba en mi casa, que ya jode estar pagando la hipoteca, comunidad, agua, luz y gas y no vivir aún en ella. Maldito dinero.