domingo, 19 de diciembre de 2010

El chico crema en la cena de empresa


Este jueves tuvimos la cena de empresa y la verdad es que no hay mucho que resaltar a excepción claro está de la presencia del chico crema. ¿Y sabéis dónde se sentó? Efectivamente, a mi lado.

Esta privilegiada situación me sirvió para saber más cosas sobre él: vive con sus padres y todos excepto él están en paro; gracias a su sueldo del mes no les han cortado la luz; se ha hecho un tatuaje con su nombre en la espalda y como no tenía pelas no se ha echado durante varios días la crema desinfectante; un día su novia y él se liaron a hostias; su novia quería adoptar a un niño; canta en un grupo de rap; no come nada de verdura, y de fruta tan solo le gustan las manzanas; cuando tenga más pelas se va a comprar un portátil y unos altavoces mazo crema para su coche (al cual le ha echado varias veces la culpa por llegar tarde).

Si adoptan un niño, en unos años será algo así

Pero lo mejor es que bebió como un campeón, se metió más de una botella de vino el solo y la cena la remató con ocho o nueve chupitos de orujo (sin exagerar). Después estuvimos en un garito, yo me tomé una copa y me largué que al día siguiente había que currar, sin embargo el chico crema allí se quedó.

Resultado: el viernes a las 12 de la mañana llama al curro y dice que está destrozado, le duele mucho la garganta y que no va a ir a currar.
Futuro inmediato: el chico crema abandonará la empresa y con ello mi miedo a ser esperado a la salida.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Las marujas del tren en... El disgusto más grande de su vida


- Ayyy mari, tengo un disgusto con mi hijo.

- ¿Y eso? - le dice la jefa cabezona.

- Que va a casarse por el juzgado y no lo quiere celebrar.

- ¿Pero ni una comida con la familia ni nada?

- Nada, dice que vamos a firmar y como mucho nos tomamos unas cañas. Ayyyy qué disgusto me ha dado, pero si es lo que yo le digo, al menos celebrarlo con la familia en un restaurante que uno no se casa todos los días. Yo no digo que se tenga que casar en la iglesia, aunque es mucho más bonito, ahora muchos jóvenes se casan por el juzgado, si yo por eso no le digo nada, ¿pero que no lo celebré? ¡¡¡Eso está muy mal!!!

- Pero bueno, al menos que lo haga por su madre, ¿no?.

- Eso digo yo, pero nada hija, que el niño no quiere, tengo un disgusto desde que me lo dijo el sábado.

- No me extraña.

lunes, 6 de diciembre de 2010

¿A mi qué me importan las opiniones de los gafachanclas?


Por qué a la gente le gusta tanto presumir, creerse importantes, tener más que los demás, ser más listos, más guapos y más todo. Y si lo fueran... todavía, pero es que la mayoría de las veces se presume sin motivo.

El viernes estuve en una exposición de pintura y había un tío rallando a su mujer con sus comentarios sobre las obras. Lo peor de todo es que el pavo leía las explicaciones de los cuadros que había a la derecha para a continuación soltarle a la mujer lo mismo con adicciones pedantes de su cosecha. En fin, un auténtico gafachancla.

Me recordó a una escena de Annie Hall.